Miranda!: Ale Sergi y Juliana Gattas hablan del éxito de Casi feliz y de su canción

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Miranda! está de estreno. No es la primera vez que la banda acompaña con su arte una historia de ficción. Lo hizo Ale Sergi en telenovelas como Quiero vivir a tu lado y ahora, con Juliana Gattas en la serie Casi feliz , escrita y protagonizada por Sebastián Wainraich , que viene posicionada, en Argentina, entre los diez títulos más vistos de las últimas semanas en la plataforma Netflix .

Esa idea de la felicidad inconclusa encuentra en la propuesta de Miranda! la alianza perfecta. El tema, que lleva el mismo nombre que la serie, redondea un concepto que prologa con exactitud la naturaleza de cada episodio de la historia. «Nos llegó el pedido con la bendición de un muy lindo título. Y, si bien puede parecer algo liviano, es muy profundo», reconoce Ale Sergi, su autor.

Miranda! apeló al pop más esencial para contar desde ese preámbulo anticipatorio. La parábola antes de la ficción dialogada. «Esta propuesta nos puso muy contentos porque nos encanta el trabajo de Sebastián Wainraich desde hace un montón de tiempo. Tenemos la fortuna de conocerlo y de haber ido muchas veces a su programa de radio», reconoce el cantor de la voz aguda. Ale Sergi y Juliana Gattas, cada cual en su vivienda, se disponen a conversar de manera remota con LA NACION a través de una plataforma que permite el diálogo en voz e imagen ante las limitaciones presenciales debido a la pandemia de coronavirus .

«Viernes a la noche, terminando la semana, me emborracho solo, voy y vengo de la cama, creo que comí de más y que soy casi feliz». Declaración de principios. O, al menos, la textura exacta de la insatisfacción cuando los cuarenta se plantan como un anuncio inequívoco de ese punto de quiebre que, acaso, simbolice la mitad de la existencia. Angustia existencial que se explica en la canción interpretada por Miranda! y en la serie dirigida por Hernán Guerschuny . Algo de lo filosóficamente mundano merodea la cuestión.

La utopía de la felicidad
En el nuevo hit de Miranda! se referencia «la parodia de la sociedad civilizada», una construcción sostenida en determinados mandatos previsibles e inherentes, supuestamente, a la plenitud. El corte es una reflexión crítica sobre las exigencias de un modelo: «Tengo un sistema de alarma que me avisa qué es un mandato social y qué es lo que yo deseo. Siempre fui muy libre, pero existen esos mandatos y orgánicamente aparecen. Pero lo bueno es que no les doy bola, me dediqué toda mi vida a realizar mis caprichos como artista. Y si quiero hacer un video y vestirme como la cantante de The B-52’s, lo hago. Estoy bastante lejos de los mandatos sociales de lo que supone la felicidad. Tampoco pienso tanto en términos de felicidad constante. Es más entretenido y cool ser casi feliz. Es medio bobo estar satisfecho y contento todo el tiempo. Esa pequeña cosa que uno no consigue es lo que hace interesante a la vida», reflexiona Juliana Gattas. Sergi asiente y redobla la apuesta: «Sentirse feliz completamente todo el tiempo sería medio desesperante».

La cortina de «Casi feliz» emana un sonido que, inmediatamente, dialoga con el historial de esta banda que hoy conforma el catálogo de Sony Music. A pedido, pero sin transgredir identidades. «Nos juntamos con los productores, fui al rodaje a conversar con el director y ver cómo vibraba el proyecto para poder ponerle música. Todo comunica. En otras experiencias hemos leído algunos guiones porque eso hace que nuestro trabajo sea fluido en torno a esa historia. Incluso que, de tan orgánico, pueda ser una canción de nuestro repertorio. Miranda! tiene una línea y no vamos a salirnos de eso por escribir para algo externo. Por suerte, cada vez que encaramos algo de este tipo, nos fue muy bien. En este caso, nos encanta lo que hace Wainraich. Por otra parte, un buen título ya facilita el trabajo, y «Casi feliz» es un gran título. Esa es una de las cuestiones más difíciles de nuestro trabajo: pensar sobre qué hablar y que no parezca que hay una decisión al respecto, sino que se perciba como algo que se da naturalmente», confiesa Sergi.

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Juliana Gattas y Ale Sergi se sienten «casi felices»Juliana Gattas y Ale Sergi se sienten «casi felices»
La historia de la serie va en sintonía con buena parte de las narraciones que el grupo desarrolló a lo largo de su historial: «Nuestras letras son parecidas, dicen lo mismo, no hay grandes variantes», reconoce el cantante acerca de los motores que lo llevan a escribir esas sensorialidades que lo atraviesan. El video de «Casi feliz» se rodó con sus protagonistas distanciados, utilizando la tecnología de la telefonía celular. Adaptarse en tiempos de confinamiento sin claudicar en el afán creativo: «Se nota ese impulso genuino», reconoce la chica de ojos enormes y sugerentes.

-En tiempos de cuarentena, ¿qué hábitos son los que más se extrañan?

Ale Sergi:-Salir a escuchar música, presenciar conciertos de otros artistas es parte del trabajo creativo. Eso hoy no lo podemos hacer. El resto del trabajo sigue, más o menos, con la misma rutina. No puedo ir al estudio, pero tengo un par de máquinas en casa y hago música con eso. Con Juli tenemos un protocolo diferente, nos mandamos material y lo vemos a distancia, ya no de manera presencial. Lo que es composición y producción sigue como antes.

-¿Afecta creativamente?

Sergi:-Nos incide creativamente porque, dada la magnitud de este suceso insólito, nos afecta como seres humanos. Y, desde ya, hay más tiempo libre porque no salimos de gira.

Juliana Gattas:-En mi caso comencé la cuarentena sola. Tengo una hija de quince años que va y viene, con permiso, a la casa de su padre. Cuando explotó todo, la noción de lo mundial me angustió mucho, era reconocer que no había la más mínima posibilidad de escapar. Fue un planteo existencial que me tuvo algunos días bajoneada.

Vía Zoom, la entrevista con LA NACIONVía Zoom, la entrevista con LA NACION
-¿Acaso para un artista sea motor creativo?

Gattas:-En el momento no lo veía tan bueno, hacía charlas virtuales con la psicóloga, empecé a ver series, hice todo junto. Pero ya me fui ordenando. A mí siempre me gustó estar mucho en mi casa, pero me angustió la incertidumbre del no saber cuándo se terminará, cuándo se podrá hacer algo normal.

-¿Hay que apelar a estrategias de supervivencia emocional?

Gattas:-El truquito que me inventé fue fijar el plazo de fin de pandemia. Nadie me lo confirma, pero yo creo que en dos meses podremos ir a grabar con poca gente al estudio. Y así, con todo. Creo que cada cosa que hagamos representará un logro y una gran aventura. Será de locos volver a ver gente. No soy una ingenua optimista, pero estamos en un nuevo orden donde valoramos las cosas mucho más. Yo valoro haber quedado en Argentina y no en medio de una gira, que mi hija esté bien, tener techo y para comer. Valoro y valoraré cada cosita que se podrá ir haciendo. Yo misma me puse las respuestas de lo que en realidad no lo tenía.

Sergi:-En mi caso vivo con mi novia y un gatito. Estamos súper acompañados. Tocamos el domingo previo a la cuarentena obligatoria, así que agradecido de que ese concierto haya sido cerca de casa. Hay gente que debe estar muy angustiada. Al comienzo, yo también me angustié.

-¿Cómo se acomodó tu rutina?

Sergi:-Tuve que organizar los horarios porque me gusta mucho dormir, soy muy dormilón. Se me vuelve como un vicio, me cuesta mucho despertarme y me pone de mal humor levantarme temprano. Si estoy en la cama, y no tengo nada que hacer, sigo de largo. Al levantarme, eso me generaba un poco de angustia. Al inicio de la cuarentena fue así. Ahora, el ritmo se va retomando y ayudó el lanzamiento de la canción.

Has recorrido un largo camino
Miranda! vio la luz en 2001. Tiempos de crisis urgentes. Será por eso que la banda atravesó, en casi dos décadas, todo tipo de transformaciones, naturalizando aquello que podría resultar traumático. Fortaleza y convicción. Tenacidad disruptiva con los prejuicios de un medio que no terminaba de asimilar la estética sonora y visual de la banda , llegada y partida de integrantes, transformación de la industria. Contradiciendo al Zorzal, veinte años es mucho. Para Ale Sergi y Juliana Gattas es confirmación de deseos, trascendencia, y evolución. Sus seguidores se mueven como tribu no solo en la Argentina sino en buena parte de Latinoamérica, compartiendo las decisiones de sus referentes pop.

«Nos fuimos adecuando a los tiempos, tratamos de mejorar nuestros shows, nuestros videos. Crecimos mucho en ese aspecto. En los últimos tiempos, incluso, aprendí a disfrutar de las cosas. El eterno drama de «Casi feliz»: te pasan cosas buenas, pero te concentrás en la que no salió bien. En un show que había salido genial, era de amargarme ante una pequeña falla. Eso no está bueno, lo pasaba mal. Creo que eso se me pasó, aunque no sé si mucho», dice entre risas Ale, quien lleva el peso de la composición de una banda que siempre fue fiel a una estética, un pensamiento, y un sonido ultra pop, electrónico y festivo. Ese que hizo de sus presentaciones en vivo verdaderas fiestas celebratorias en comunión con esos fans que son millones, y que comparten código.

«Nunca nos planteamos modificar el rumbo original, ni alejarnos de aquella idea de conformar una banda de canciones pop-electrónica con un escenario dinámico, entretenido. Lo visual es un integrante más. Nunca dijimos: ‘Ahora cambiemos y hagamos algo rockero’. Si hubiésemos sido estratégicos hubiéramos hecho otra cosa, música urbana. Por supuesto que nos actualizamos, porque es algo lógico. Nos va impregnando el mundo, el arte, ir a bailar. Es por ósmosis. Estamos al día con lo que sucede y con lo que likeamos «, enfatiza la dama del grupo.

Divos de la escena. Ropas estridentes. Maquillajes de trazos bien delineados. El factor sorpresa también acciona a la hora del no estancamiento. En «Fuerte», aparecieron vestidos de novios, pero con los roles invertidos. La cuestión de género y el corrimiento de algunas estructuras ha definido ideológicamente a la banda. «De un tiempo a esta parte se convirtió en el proyecto de nuestras vidas. Antes no sé si lo pensábamos así. Siempre lo hemos dado todo, pero ahora el proyecto nos dio más de lo que nosotros le hemos dado. El hecho de haber creado algo que tiene su lugarcito me pone muy contento», reconoce Sergi.

Cuando se conocieron, Juliana cantaba jazz, influenciada por su padre, amante del género, y Ale se encargaba de la programación sonora y la versión electrónica de los temas. Lirio se llamó aquel primer esbozo de unión artística que derivó en Miranda! y en una amistad de códigos propios. Con el guitarrista Leandro «Lolo» Fuentes y Bruno de Vincenti, la agrupación encontró la fórmula que la llevaría a la masividad.

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